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El 22 de mayo, un panel federal de transporte recomendó que todos los autobuses grandes escolares nuevos estén equipados con cinturones de seguridad de falda y hombro. La recomendación se produce después de dos accidentes mortales en el autobús de 2016 que llevaron a la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus silgas en inglés) a una investigación.
Los anuncios de sus hallazgos instan a 42 estados que no requieren cinturones de seguridad en grandes autobuses escolares para agregarlos. Antes del anuncio del martes, solo seis estados requerían que los autobuses escolares estuvieran equipados con cinturones de seguridad. Sin embargo, según las nuevas recomendaciones, cuatro de esos estados deberán pasar de cinturones de seguridad a cinturones de hombro.
Además de las actualizaciones del cinturón de seguridad, las recomendaciones de la NTSB afectan la fabricación de autobuses. La agencia recomendó a la Administración Nacional de Seguridad de Tráfico en Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) que los autobuses escolares hechos en 2018 deben estar “equipados con sistemas de prevención de colisiones y tecnologías automáticas de frenado de emergencia”.
Durante décadas, la NHTSA mantuvo la postura de que los cinturones de seguridad no eran necesarios en los autobuses escolares, excepto en los autobuses pequeños. La razón de siempre era que los niños estaban seguros en choques de autobuses debido a los asientos compactos. Adicionalmente, los asientos en los autobuses grandes absorben la mayor parte del impacto durante un choque. Estadísticamente hablando, los niños tienen 70 veces más probabilidades de llegar a la escuela de manera segura en un autobús que en un automóvil.
Las recomendaciones no requieren la reinstalación en los autobuses escolares más viejos con cinturones de seguridad. Las recomendaciones tampoco afectarán a las agencias gubernamentales ni a la industria del transporte.

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